Cada día es más frecuente que el usuario del automóvil escoja su vehículo
nuevo con cambio de marchas automático.
Lógico, prácticamente todo son ventajas.
Quizá el único inconveniente es el
elevado precio de adquisición y mantenimiento respecto a una manual.
Algunos fabricantes exigen un mantenimiento muy riguroso para sus cajas,
sin embargo otros, contemplan un aceite de por vida “Liftime”.
Realmente, ¿Existe un aceite que
dure para toda la vida?
En este post se comentará si realmente es necesario
o no sustituir el aceite de las cajas de cambios automáticas.
Nota:
Existe una gran infinidad de cajas de cambio automáticas en el mercado y cada
una precisa de un mantenimiento diferente. Consultar siempre la información del
fabricante.
El aceite del cambio automático (ATF)
es un aceite con múltiples funciones. Debe poder transmitir esfuerzos (en el
convertidor de par, en los discos de acople y de freno…), lubricar las
diferentes piezas que están en movimiento (rodamientos, engranajes…),
refrigerar el cambio, transportar los residuos generados por el roce y
fricciones de los diferentes componentes, etc.
Aceite ATF nuevo (color rojo) y tras el cambio de aceite (oscurecido)
En el cárter de aceite de un cambio automático, la temperatura de trabajo
oscila de -30ºC a 150ºC, sin
embargo, la temperatura puede subir esporádicamente hasta 400ºC en algunos puntos como por ejemplo, en los paquetes de
embragues y frenos.
Es importante que el
aceite mantenga su viscosidad en todo el margen de temperaturas.
Los residuos metálicos o “ferricha”
son partículas procedentes del desgaste normal de los elementos constructivos
del cambio que deben ser eliminados del circuito hidráulico con el fin de
evitar el envejecimiento prematuro de la caja. La limpieza de estos residuos se
realiza a través de un filtro y/o un
imán situado en el cárter.
Cárter de una caja de cambios automático tras una sustitución por mantenimiento