Los avances a nivel tecnológico en el sector del
automóvil van a velocidad de vértigo.
Recientemente ha sido noticia la prueba con éxito, por
primera vez en España, de un vehículo del Grupo PSA recorriendo de forma
autónoma (pero sin prescindir del conductor) los casi 600 km. de autopista y
autovía que separan las dos factorías que el Grupo tiene en nuestra península
ubicadas en Vigo y Madrid.
Esta prueba piloto se realizó el pasado 23 de Noviembre del
2015, para ello, unos días antes, la DGT tuvo que establecer un marco para la
realización de pruebas con vehículos de conducción autónoma por vías abiertas
de circulación.
El constructor francés ya realizó, unos meses antes, un
ensayo con este mismo vehículo recorriendo los kilómetros que separan París y
Burdeos.
No son los únicos que trabajan en sistemas de vehículos
autónomos, recordemos el coche de Google y también Nissan con su Nissan
Leaf Intelligent Driving que realizó sus pruebas por la Bahía de Tokio.
El sistema se basa en conseguir que el coche “vea” su
entorno, controlar todo lo que suceda 360º a su alrededor, se consigue con una
serie de dispositivos como radares, escáners, cámaras
de vídeo, navegadores,
GPS y sensores interconectados a un sofisticado sistema electrónico central
capaz de procesar a gran velocidad toda la información y ordenar las maniobras
a efectuar.
Por lo que todos los elementos electrónicos funcionales
actualmente en un vehículo, gestión motor, frenos, dirección, cambio,
iluminación y accesorios pasan a formar parte del sistema electrónico central
que, en estos vehículos, ocupa casi la totalidad del maletero.
Los constructores aseguran que la comercialización de
estos sistemas representará un bajo incremento económico en los vehículos de
alrededor de un 20% o como máximo un 30% del valor del coche convencional.
La intención de los fabricantes es implantar estos
sistemas autónomos por fases.
La
Fase I , ya funcionando desde hace años, la componen sistemas
como el Cruise Control, el aparcamiento asistido, el ESP, iluminación
automática, los sensores de lluvia, etc.
La
Fase II es la que tratamos en este artículo prevista para
comercializarla en el 2018, vehículo autónomo pero por autopistas y autovías,
con un conductor para gobernar en caso de entrar en vías donde el sistema no
sea operativo.
La
Fase III prevista para el 2020, es la del vehículo autónomo capaz
de efectuar cambios de carril y adelantamientos.
La
Fase IV para la circulación por ciudad y/o vías de segunda
categoría. Teniendo la previsión de la comercialización para el 2023.
Y por último la Fase
V que sería el también denominado “robot taxi” en la que se prescinde del
conductor.
Todo esta evolución parece sacada de una película de
ciencia ficción pero es una realidad con dos objetivos muy claros, el primero
es reducir en más de un 80% los accidentes de tráfico (casi un 90% son causados
por errores humanos) y el segundo es mejorar las emisiones contaminantes ya
que el sistema realiza una conducción óptima sin acelerones, frenadas bruscas
ni excesos de velocidad.
Si a toda esta tecnología le sumamos las aplicaciones de
búsqueda de aparcamiento y la del control de densidad de tráfico rodado no es,
para nada, descabellado pensar que no pasaran muchos años en disponer de
vehículos “robots” con autonomía integral.
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