En la actualidad, el sector de los talleres mecánicos es cada vez
más competitivo. Por una parte, el volumen de talleres sigue creciendo en España:
el número
de talleres creció un 1,6% el año pasado (Vía Infotaller.tv)
Por otro lado, si miramos la
composición del mercado, el taller independiente tiene que enfrentarse a una competencia cada vez más
diversa:
·
concesionarios
de marca
·
centro de
mecánica rápida
·
cadenas de
talleres
·
talleres
ilegales o piratas
·
empresas
alquiladoras de boxes con herramientas
Además, podemos observar que los márgenes comerciales siguen apretándose.
Asistimos desde varios años a una lucha continua de precios y descuentos para
atraer o retener clientes. Solo basta mirar las numerosas campañas promocionales
que emprenden las grandes cadenas de talleres o los nuevos distribuidores
online. Además, la fuerte penetración de empresas asiáticas en el mercado de
recambio provoca una contracción general de los precios.
Por otro lado, el
perfil cada vez más exigente de los clientes finales y el deterioro del
poder adquisitivo en España provocan una
guerra de precio muy sucia entre profesionales de la reparación.
La guerra de precio no es buena para el taller, porque le obliga a rebajar
su margen comercial, es decir rebaja su
rentabilidad. Da igual si rebaja su coste de mano obra o los precios de
venta de recambios: en ambos caso afecta a la rentabilidad de su negocio.
Entonces nos podemos preguntar: ¿Cómo desmarcarse de su competencia sin
rebajar el coste de sus prestaciones? La respuesta es que existen muchas
formas de diferenciarse de sus competidores sin alterar su rentabilidad. Lo que
realmente importa es ofrecer un servicio
con valor añadido a su cliente.
La
Recepción activa: