Los
fabricantes de automóviles desde hace unos años están siguiendo una tendencia
clara a la electrificación masiva de los componentes y sistemas del vehículo,
es decir, cambiar lo que hasta ahora era mecánico por eléctrico. Hasta ahora
habíamos visto bombas de agua, direcciones asistidas, compresores de
aire acondicionado… pero nunca turbos.
Esto está a punto de cambiar…
La
primera pregunta esta clara, ¿Por qué un turbo eléctrico?
La respuesta es
el downsizing (recordad que este
concepto hace referencia a mantener o aumentar la potencia de los propulsores
con menor gasto energético).
Desde
que en el mundo de la competición comenzasen a utilizar de nuevos motores turboalimentados
se ha avanzado bastante en esta tecnología.
Para
los motores de los monoplazas de Formula 1 se utiliza un turbo híbrido
denominado MGU-H (Motor Generator Unit-Heat). Este turbo sigue siendo parecido
a los turbos convencionales ya que para comprimir los gases, se utiliza una turbina
acelerada por los gases de escape. La gran diferencia con el turbo tradicional
es que entre las turbinas cuenta con un motor eléctrico capaz de acelerar la
turbina de admisión.
Con
este motor eléctrico se elimina el retraso de la respuesta del turbo (Turbo-lag), es decir, el tiempo que
transcurre desde que se pisa el acelerador hasta que se aumenta la presión en
el colector de admisión.
Este sistema permite acelerar y frenar la turbina en
función de la demanda de potencia, por tanto se elimina la electroválvula de
control del turbo y los alabes de la geometría variable, aunque para conseguir
rápidas deceleraciones sigue incorporando una válvula de descarga.
Como
todo buen avance que da buenos resultados en competición, la tecnología del
turbo eléctrico está llegando a los coches de calle. La primera marca en
desarrollar y adaptar estos sistemas a sus vehículos esta siendo el grupo
Audi-VW, que presentó el RS5 TDI Concept,
un prototipo equipado con un motor diesel V6 con doble turbo y 385 caballos que
homologa un consumo medio de 5,3 l/100kms y unas emisiones de CO2 inferiores a
140gr/km.
En
estos motores se instalan dos turbos montados en serie, uno convencional
accionado por los gases de escape y otro turbo totalmente eléctrico.
No
se puede eliminar completamente el turbo convencional ya que por el escape se
desecha el 55% de la energía del combustible y resulta muy eficiente para
acelerar la turbina de admisión.
¿Entonces porque un segundo turbo eléctrico?
¿Entonces porque un segundo turbo eléctrico?
Se puede responder a la pregunta diciendo que es un complemento para el primero, es decir, cuando las revoluciones del motor son bajas el turbo convencional tarda un tiempo en alcanzar el margen de revoluciones óptimo de trabajo (unas 60.000rpm).
Para eliminar este turbo-lag se hacen pasar los gases de la admisión por el turbo eléctrico que acelera rápidamente la turbina y comienza a dar presión antes, ya que no depende del margen de revoluciones del motor.
Una
vez alcanzado un número determinado de revoluciones en las que el turbo
convencional entra en fase de trabajo, se anula el by-pass de los gases hacia
el propulsor eléctrico y van directamente hacia el motor. Con este sistema se
mejora el empuje a bajas vueltas de motor consiguiendo el par máximo en un
margen mayor de revoluciones.
El
turbo eléctrico supone una gran ventaja para el consumo y el comportamiento
dinámico del coche pero funcionando a pleno rendimiento supone un gran
consumidor de corriente para el vehículo, de hecho para poder alcanzar su
margen de trabajo se utilizan motores eléctricos alimentados con 48 voltios.
Esta
característica supone una necesidad de reforzar el sistema eléctrico del coche,
y el empleo de unos condensadores y una o varias baterías de gran capacidad.
Muy interesante el artículo, enhorabuena.
ResponderEliminarHay que estudiar estas nuevas tecnologías y estar preparados para cuando empiecen a implantarse.
¡Muchas gracias Antonio! Esperamos que tu negocio sea próspero, un saludo
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